Nos queda una canción

Venancio Blanco - El cante

Dieciocho - Dani Martín

¿Y qué pasa cuando a nosotros ni siquiera nos queda una canción? Las hemos escuchado todas ya, aún sin comprenderlas, sin reparar muchas veces en la letra, solo nos importó subir el sonido, para no oír lo que nos decía el otro, más preocupados en retirarnos a nuestro torreón, guardar allí el corazón para que no lo rompiera cuando se mostró vulnerable, separarnos por un foso, y dejar el castillo cada día más deshabitado, frío y sin amor, solo quedó la costumbre, la añoranza de lo bueno, la pérdida que duele y se clava en las entrañas, y sin hacer nada, soltamos la cuerda sin querer agarrarla, culpamos al otro de tener la mano más floja incluso que la nuestra, de dejar caer la pareja, porque ninguno de los dos deseamos volver al castillo a reparar las fisuras y goteras que los años añadieron, dejamos de llamarlo nuestro y la frialdad que lo habita ahora solo provoca rechazo y distancia, carencias y gritos, reproches que duelen, seguidos de largos silencios.

Nada volverá a ser como antes. Podemos tener un futuro. Nos queda otra canción, pero puede que esa no nos guste lo suficiente y no nos merezca la pena escucharla una y otra vez en su compañía.